La heterogeneidad no debe considerarse una utopía. Ser tolerantes es la clave.
Hoy queremos profundizar sobre el término TOLERANCIA.
La tolerancia según la RAE se define como respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.
¿En nuestro círculo más cercano esto sucede? ¿Verdaderamente somos tolerantes con nuestros semejantes?
Sinceramente no, cada vez menos. En términos generales no somos tolerantes con los otros, intentamos imponer nuestros pensamientos, juicios, creencias, etc. Pero ya no solo a este nivel, sino que tampoco somos tolerantes con aquellas personas que destacan.
Ser tolerantes ante la diferencia
Hoy en día todos sabemos que somos diferentes, que cada uno tiene sus virtudes y defectos, y son estos los que nos hacen especiales, porque somos inimitables e inigualables. La teoría está muy bien, pero, ¿qué pasa cuando esas diferencias para algunas personas son verdaderas adversidades? ¿todos estamos dispuestos a tolerarlos en nuestro entorno? ¿a convivir con ellas/os? ¿a qué formen parte de nuestro día a día?
Nosotros, como adultos, tenemos la responsabilidad de enseñar tanto a nuestros mayores como a nuestros/as pequeños/as a convivir con cualquier tipo de diversidad (cognitiva, física, elemental, etc.) ¿De verdad estamos enseñándoles esto?
Ser tolerantes y la inclusión
Por nuestra experiencia, la respuesta es la gran mayoría no. Al que es diferente (da igual el motivo, por ejemplo, su aspecto físico, su raza, su religión, si tiene o no algún trastorno, etc.) se le aparta pero no como se hacía hace 40 años dejándole encerrado, sino en una hipócrita e ilusoria inclusión. Esta inclusión se fundamenta en que todos podamos desarrollarnos unidos pero no todos tienen la misma capacidad de aprendizaje, (algo que no se respeta) no se tiene en cuenta la necesidad de movimiento en los colegios (por ejemplo), y así numerosos ejemplos más.
Estos días escuchamos a menudo el término inclusión y nos causa mucha impotencia ver como se ve distorsionado y retorcido. El simple hecho de incorporar alumnos NEAE a un aula ordinaria y adaptar unos pocos contenidos NO es suficiente. Aparte del contenido, también hay que adaptar el aula, hay que tener en cuentas las necesidades específicas, si es un niño/a hiperactivo/a, contar con herramientas que le permita relajarse como poder salir al pasillo, contar un rincón de relajación o tranquilidad, intentar mantener el nivel de ruido lo más bajo posible, etc. ESTO ES INCLUSIÓN.
Otro aspecto en el que NO detectamos inclusión es los campamentos o campus de verano. Conocemos varios casos en los que niños con conductas mal conocidas como disruptivas son expulsados sin ni siquiera intentar corregir o averiguar el motivo de esa conducta. Luego, también están esos padres y madres que deciden caprichosa y egoístamente con quién sí o con quién no deben jugar sus hijos y compartir espacio. Es muy triste lo que está pasando hoy en día con todo este tipo de situaciones.
Los niños, niños son. Ellos no ven diferencias, salvo que se las señalemos. Ellos ven a otro igual que se diferencia de sí mismo por su forma de ser, lo que implica que es otra persona, no juzgan, no se ríen, no humillan y mucho menos discriminan. Si lo hacen, es porque lo han visto hacer antes en su entorno privado.
Educar para ser tolerantes
Eduquemos a nuestros/as hijos/as para que ellos/as puedan educar a los suyos y así sucesivamente poder conseguir un mundo en el que verdaderamente haya inclusión, en donde todos nos respetemos, donde sea válido ser más alta, tener más acné o simplemente destacar, donde no se juzgue sin conocer la historia que hay detrás de cada uno, porque normalmente lo que parece, no suele serlo.
Si necesitas asesoramiento sobre cómo educar en la tolerancia, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Estaremos encantados de ayudarte.
