¿Tus hábitos te cuidan?
Hoy en día conocemos el papel que cumple nuestro cerebro en el cuerpo y, por lo tanto, deberíamos priorizar en nuestro día a día formas de cuidarlo y preservarlo. Tanto desde lo físico como de lo mental.
En términos generales, hábitos cotidianos como hacer ejercicio de forma regular y mantener una alimentación sana son una buena base para el cuidado de nuestro cuerpo y mente, y prevenir el deterioro temprano de esta. Es cierto que vamos cambiando con la edad (tanto física como mentalmente) pero tener una buena base de hábitos de vida saludable puede ayudar a prevenir y retrasar nuestro deterioro.
Un informe que la Comisión Lancet llevó a cabo en el 2020 arrojó datos sobre ciertos factores de riesgo que pueden ser modificables como inactividad física o consumo de alcohol. Estos se consideran elementos altamente relacionados con casos de demencia en edades adultas por todo el mundo.
Hábitos de vida saludable: el sueño y el desayuno
Hablando de hábitos alimenticios, ¿tú desayunas? La comunidad científica advierte de la pérdida de productividad y de la falta de energía en los primeros compases del día a causa de no proporcionar a nuestro organismo los nutrientes que necesita después de la noche (período de ayuno). ¿Y qué pasa con la falta de sueño de calidad? La privación de sueño sea cual sea la causa, está altamente relacionada con un mayor volumen de deterioro celular a corto plazo, altos niveles de cansancio y de mal humor casi constante.
El alcohol: por qué no está entre los hábitos de vida saludable
En un país como España, el consumo de alcohol no está para nada estigmatizado, todo lo contrario. Y no nos referimos a irse de borrachera regularmente, no. La cantidad total de alcohol beneficiosa para nuestro cuerpo es igual a cero. La lista de efectos a largo plazo por consumo “moderado” a diario o semanal irían desde aumento de riesgo de hipertensión, obesidad, depresión, dependencia del alcohol, fatiga corporal y mental…Insistimos en que no existe una “cantidad recomendada” que debamos consumir para vernos beneficiados. Este punto resulta muy candente al estar profundamente arraigado en nuestras costumbres y la importancia que tiene en la economía.
Nuestra mente: la más importante entre los hábitos de vida saludable
Para finalizar, vamos a revisar una serie de hábitos o mecanismos mentales habituales que a veces pasan desapercibidos y no te hacen tanto bien como parece. La mayoría son pensamientos inconscientes o creencias centrales que beben de nuestra crianza o los hemos adoptado por influencia de nuestro entorno.
El perfeccionismo suele ser un compañero tóxico que siempre de la mano de culpa, ver los errores como fracasos u pensamientos automáticos y obsesivos centrados en los resultados (nuestro sistema educativo se centra en los resultados y nunca en el proceso). Paralelamente a todo esto pueden darse pensamientos automáticos de todo o nada, es decir, o realizas algo de forma perfecta o es un fracaso. Además, personas altamente exigentes o perfeccionistas no saben delegar y difícilmente aceptan opiniones u otra visión que no sea la suya, aunque no lo verbalicen.
Y finalmente, un hábito tóxico que padecemos muchos (y en muchas ocasiones se ignora) es el posponer tareas constantemente o procrastinación, y en ocasiones puede llegar a ser paralizante y te ves atrapado en un círculo vicioso en el que no hay salida aparente.
Es de vital importancia tener presentes todos estos aspectos y saber cómo influyen en nuestra vida para poder identificar los hábitos de vida saludable que pueden mejorar nuestro día a día. Y si necesitas asesoramiento al respecto, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. En nuestro gabinete psicopedagógico Heila, estaremos encantados de ayudarte.
