La relación entre alumnos y profesores ha experimentado una transformación significativa a lo largo de las décadas y ha marcado una evolución en los métodos de enseñanza. Desde un modelo autoritario basado en el miedo y la disciplina hasta un enfoque más democrático y participativo, diversos factores han influido en esta evolución.
En este blog, exploraremos cómo ha cambiado esta dinámica, los desafíos que enfrenta el sistema educativo y las oportunidades para fortalecer la conexión entre profesores y alumnos en aras de promover un ambiente de aprendizaje enriquecedor.
Nuevos métodos de enseñanza y pérdida de autoridad tradicional
Históricamente, la autoridad del maestro se basaba en el respeto y el temor derivado del uso y abuso de castigos físicos y verbales, además que esa figura siempre contaba con el apoyo del núcleo familiar. Sin embargo, con el avance de los derechos humanos y la conciencia sobre el abuso en las instituciones educativas, estas prácticas han sido rechazadas y prohibidas en muchos países. Como resultado, los profesores han perdido una herramienta que tradicionalmente les confería autoridad, lo que ha llevado a una percepción de debilitamiento de su rol en el aula que no ha sido sustituida por algo tangible y motivante, en líneas generales.
Desafíos de las figuras paternas
La figura del maestro ha pasado a ser desafiada no solo por los alumnos, sino también por los padres. En muchos casos, los padres intervienen en el proceso escolar de sus hijos, cuestionando algunas decisiones y acciones del profesorado. Este hecho puede deberse a una variedad de factores, como el acceso a la información a través de internet o la falta de confianza en el sistema educativo. Como resultado, los profesores se encuentran en una posición delicada y cuestionada, que en ocasiones se torna hostil, tratando de equilibrar las expectativas de los padres con las necesidades educativas de los alumnos.
Nuevos métodos de enseñanza: la necesidad de nuevas herramientas
A medida que la relación entre alumnos y profesores evoluciona, es fundamental que el sistema educativo proporcione a los docentes las herramientas necesarias para adaptarse a estos cambios y dar la mejor respuesta posible a los desafíos de la etapa escolar. Desafortunadamente, en la mayoría de los casos, esto no ha ocurrido de manera efectiva. Los profesores siguen enfrentándose a desafíos como la falta de recursos, el exceso de burocracia, la falta de apoyo institucional, y lo más grave, a una formación obsoleta y retrógrada.
Además, la formación universitaria y los posteriores refuerzos formativos del profesorado a menudo no aborda adecuadamente las realidades que se viven en los centro escolares y cómo potenciar de manera efectiva a los alumnos. Ni tampoco para establecer una conexión significativa con los alumnos.
Oportunidades para la mejora
A pesar de los desafíos, existen oportunidades para fortalecer la relación entre alumnos y profesores y, en última instancia, mejorar el sistema en su conjunto. Algo que es preciso hacer desde los cimientos. Una de estas oportunidades radica en la promoción de un enfoque más centrado en el estudiante, donde se valoren sus intereses, habilidades y necesidades individuales. Además, es crucial fomentar una cultura de respeto mutuo y colaboración en el aula, donde tanto alumnos como profesores se sientan valorados, escuchados e importantes.
En conclusión, la evolución de la relación entre alumnos y profesores refleja los cambios sociales y culturales en la sociedad en su conjunto. Si bien es cierto que existen desafíos significativos, fruto de una desvirtuación del papel del profesor en el aula y su importancia en la sociedad, también hay oportunidades para mejorar y fortalecer esta conexión en beneficio de todos los implicados en la etapa escolar.
Es responsabilidad del sistema, los gobiernos y de la sociedad en su conjunto trabajar juntos para construir un ambiente de aprendizaje inclusivo, estimulante y enriquecedor para las generaciones presentes y futuras.