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Gabinete Psicopedagógico en Las Palmas

La alimentación y las emociones

Autor: Rodrigo Díaz Matamala

Coach nutricional y docente

la alimentación y las emociones

La alimentación y las emociones están relacionadas y pueden cambiar tu día a día

La alimentación y las emociones guardan una estrecha relación. Y la alimentación influye notablemente en nuestras emociones, por ello te traemos este artículo en el que te contamos cómo es esta influencia y cómo puedes mejorarla.

Te levantas con el pie izquierdo. Todo te molesta. El café no hace efecto, el día se siente cuesta arriba y aún ni te has vestido! Otro día más. ¿Qué está pasando? ¿Te suena?

Si últimamente notas que tu energía y motivación están por los suelos, es posible que tu alimentación tenga algo que ver. 

Lo que comes influye más de lo que imaginas en cómo te sientes. Y no, no estamos hablando solo de «comer sano», sino de elegir los alimentos que realmente nutren tu cerebro y regulan tu estado de ánimo.

Vamos a descubrir juntos qué comer para sentirte mejor.

Tu cerebro se alimenta de lo que comes: la relación entre nutrientes y estado de ánimo

El cerebro no solo necesita estímulos positivos, sino también los nutrientes adecuados para producir neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que regulan el bienestar emocional.

Algunos déficits nutricionales están directamente relacionados con la ansiedad, el estrés y la fatiga mental. Por ejemplo, estudios como el publicado en Nutrients (2020) confirman que la falta de omega-3 y vitaminas del grupo B puede aumentar el riesgo de depresión y baja energía.

¿Cómo afectan los alimentos a tus emociones?

Tu estado de ánimo no es algo aleatorio. Está regulado por hormonas y neurotransmisores que dependen directamente de lo que comes. Aquí te mostramos diferentes estados emocionales que nos hemos encontrado en nuestros pacientes y algunos alimentos que les hemos aconsejado para equilibrarlos:

  • Cansancio y falta de energía: Puede deberse a un déficit de hierro o falta de carbohidratos complejos.
    • Solución: Legumbres, espinacas, frutos secos y cereales integrales.
  • Ansiedad y estrés constante: Relacionado con bajos niveles de magnesio y un exceso de azúcares refinados.
    • Solución: Aguacate, almendras, plátanos y chocolate negro (+85% cacao).
  • Desmotivación y apatía: Suele estar vinculado a una producción insuficiente de dopamina y serotonina.
    • Solución: Pescados grasos (salmón, sardinas), huevos, lácteos fermentados y semillas de chía.
  • Dificultad para dormir y despertares nocturnos: Relacionado con la falta de triptófano y melatonina.
    • Solución: Pavo, lácteos, avena, nueces y cerezas.
  • Cambios bruscos de humor: Podrían deberse a un desbalance en el azúcar en sangre o deficiencia de ácidos grasos esenciales.
    • Solución: Pescado azul, aceite de oliva, frutos secos y quinoa.

Según un estudio publicado en Frontiers in Psychology (2020), una dieta equilibrada se asocia con una menor prevalencia de ansiedad, depresión y estrés en estudiantes universitarios (scielo.isciii.es). Además, Acta de Investigación Psicológica destaca la relación bidireccional entre alimentación y estado emocional, evidenciando cómo ciertos nutrientes pueden influir en nuestro bienestar mental (elsevier.es).

Cómo integrar estos alimentos en tu día a día (sin complicarte la vida)

Sabes qué comer para sentirte mejor, pero… ¿cómo hacerlo sin que parezca un reto imposible? La clave está en pequeños ajustes, fáciles de aplicar en tu rutina diaria:

  • Desayunos que activan tu energía
    • Un bol de avena con plátano, nueces y un yogur natural.
    • Pan integral con aguacate y semillas de chía.
  • Snacks antiestrés
    • Un puñado de almendras o chocolate negro (+85% cacao).
    • Un batido de leche o bebida vegetal con dátiles y canela.
  • Comidas que levantan el ánimo
    • Ensalada con espinacas, salmón y quinoa.
    • Pavo a la plancha con arroz integral y verduras asadas.
  • Cenas para un sueño reparador
    • Tortilla de pavo con una tostada de pan de centeno.
    • Un bol de yogur con avena, frutos secos y cerezas.

Lo mejor de todo es que no necesitas grandes cambios, solo sustituir algunos ingredientes y asegurarte de incluir estos alimentos en tu día a día. Comer bien no tiene que ser complicado… y sentirte bien tampoco. 🚀

La alimentación y las emociones se pueden optimizar

No se trata solo de lo que comes, sino de cómo eso impacta en tu energía y en tu estado emocional.

¿Y si el cansancio, el estrés o la apatía que sientes no fueran solo por el ritmo de vida, sino también por lo que pones en tu plato? Prueba a hacer pequeños ajustes y observa cómo te sientes.

Si quieres aprender más sobre cómo mejorar tu bienestar a través de la alimentación, en nuestro servicio de coaching nutricional y psicología podemos ayudarte a encontrar lo que mejor funciona para ti.

Heila Gabinete Psicopedagógico

Las Palmas de Gran Canaria

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